viernes, 20 de diciembre de 2013

Huelga de porteo (Y una reflexión sobre la crianza respetuosa)

Mi hijo tiene 16 meses y hace 4 que empezó a caminar... y desde hace como un mes ya no quiere que lo lleve.
Para mí eso es horrible por varios motivos. Porque me estoy dando cuenta de que crece muy muy rápido, que anda y es bastante independiente. Porque yo quiero seguir llevándolo cerca de mí y el está pasando por su fase de descubrir el mundo desde el suelo. Porque está pasando por una época en la que solo me quiere para mamar y es prácticamente la única relación que tenemos,  aunque sé que es una etapa y que pasará...

Pero el otro día,  una lámina que vi por Facebook de la Dra. Rocío Martín-Gil Parra, de Consulta médica de lactancia, me hizo reflexionar. Mucho. Esta mañana se lo comentaba a mi marido mientras desayunábamos.




La semana pasada, intentando ponerme a mi hijo a la espalda, porque nos teníamos que ir del parque...casi se me cae al suelo!
Era sólo para ir del parque al coche, íbamos cargados con muchas cosas y no podía llevarlo de la mano ni tampoco en brazos. Necesitaba que se quedara quieto en mi espalda para poder ponérmelo en la mochila, pero no quería, de ninguna manera, pataleó, cabeceó y se dio la vuelta, tan enfadado que casi se me cae al suelo, lo agarré por los pantalones y faltó muy poco para que se fuera de cabeza. En ese momento hasta me reí, pero después valorando la situación me di cuenta de lo grave que era. Casi se hace daño por mi culpa.

Valorando el texto de la lámina, que es un ejemplo bastante extremista, pero muy bueno para poder reflexionar. Me dí cuenta que es tan grave obligar a una persona adulta a hacer una cosa que no quiere como lo es hacerlo con un niño, ya sea ir en el carro si él no quiere como obligarlo a ir en el portabebés.


La crianza respetuosa es eso, respetuosa, respetar los deseos del niño, acompañarlo conscientemente es su desarrollo, ayudarlo cuando lo necesita y valorarlo, no obligarlo a hacer una cosa que no quiere porque ordeno y mando, o porque me molesta...

Ojo, una cosa es respetuosa y otra la marina de Pancho Villa, o "soy una madre permisiva y le dejo hacer todo lo que le de la gana".
Si mi hijo quiere cruzar la calle por donde vienen coches él solo lo voy a dejar porque "hay que respetar sus deseos", si quiere beber del bote de la lejía, se lo voy a permitir "porque está experimentando".  Pues claro que no! Que hay gente que confunde churras con merinas y no distinguen.
En mi caso, los límites están donde peligre su integridad y esto es para  todo, su alimentación también entra. Y no, tampoco dejo que se acerque a la vitro mientras estamos friendo los huevos... para "integrarlo en la rutina".

He dejado de hacer cosas porque si las hago no puedo atender a mi hijo, cuando estoy sola se me hace bastante difícil salir a comer con amigas y poder charlar tranquila, así que he tomado la determinación de no hacerlo si no está el papi para ayudarme.

Pero a lo que iba, ¿qué hacemos cuando están en huelga de porteo?, pues en mi caso, y dándome cuenta, no doy el porteo por terminado, me lo tomo también como una etapa. Disfruto de los ratos en lo que quiere ir conmigo y también de los que no. Respeto su deseo, porque sé que no será la última vez que no quiera estar conmigo.

Pero... mientras escribo esta entrada... duerme en mi pecho, cerquita, en el fular...  y también disfruto...

Feliz semana. <3

viernes, 18 de octubre de 2013

Bizcochones y porta bebés

Me encantan los bizcochones. Veo cómo la gente se los come y no puedo evitar querer comerme uno.
Así que le pregunto a mi madre y me da la receta con las medidas exactas. Hacemos la receta juntas y  me sale genial.
Una semana después,  en mi casa, intento hacer el bizcochón pero no me acuerdo muy bien de como era la receta.
Tengo tres opciones:
- paso olímpicamente del bizcochón, paso de mi madre y dejo que los ingredientes que compré se estropeen sin usarlos. (O se los regalo a alguien que los aproveche más que yo)
- intento hacer el bizcochón muchas veces hasta que doy con la tecla y me sale perfecto.
- vuelvo a casa de mi madre, y le digo que me lo vuelva a explicar para poder hacerlo bien. Con la receta fresca en mi cabeza empiezo a hacerlo y a los tres días lo tengo controlado


Si te compras un portabebés debes tener claro que usarlo, es cuestión de práctica.  Si llegas a tu casa con tu portabebés nuevo, lo dejas en una bolsa y a la  semana te lo intentas poner y te queda un churro, no lo dejes pasar. 
Ven a que te lo vuelva a explicar las veces que necesites, no me voy a enfadar ni me voy a reír de ti, y además, tampoco te voy a cobrar. Lo que quiero es que lo utilices, le saques partido y obtengas todos los beneficios que tiene tanto para tu bebé como para ti.

Feliz semana... y disfruta de tu bizcochón y tu portabebés!!!!

martes, 10 de septiembre de 2013

Esos pequeños Murphys

Buenos días familias!
Hoy se nos han pegado las sábanas... pero mucho mucho mucho....

Me he desvelado hacia las 4 y media de la mañana, y ya no me he dormido hasta las 6 y pico, y todo el mundo sabe que cuando eres madre, a veces no te dejan domir tus hijos y a veces las preocupaciones.



He salido corriendo y he desayunado en la tienda, pero nada, ya era tarde, he abierto a las 10:15. Cuando me pasan estas cosas siempre llego mal, porque pienso que alguien puede haberse tomado la molestia de ir hasta mi negocio para que lo atienda y yo no estoy. Me parece una falta de respeto hacer esperar a otras persona, pero ya está, no hay remedio.



Estas cosas me hacen pensar en que el día que nació mi hijo dí a luz a un pequeño Murphy, sí, ese, el de la famosa ley, el de: "si algo tiene que salir mal, saldrá mar" y "si algo tiene que salir bien, seguramente, saldrá mal", vamos, que la tostada siempre cae por el lado de la mantequilla.




Es lo que me ha hecho plantearme, en este rato que llevo solita en la tienda (mi peque se ha quedado durmiendo con su padre), que hay gente que se enfada porque los peques van a "su bola" y la mayoría de las veces no hay nada que nosotros podamos hacer, porque ellos tienen sus propias leyes. El desarrollo es evolutivo, poco a poco se van regulando, y es normal y sano.  Os cuento algunas anécdotas "murphianas" de mi hijo.

- Los fines de semana se despierta a las 8:00, sobre todo el domingo, que es el día que no tenemos que trabajar, sin embargo entre semana no se levanta ni por una apuesta. Hoy, que a mí se me han pegado las sábanas, eran las 10:00 y seguía durmiendo.



- En casa usamos pañales de tela, a éstos se les puede poner un forro desechable para cuando hacen caquita, yo no lo pongo siempre, pero a veces sí. Calculo cuando va a hacer caca y le pongo el forro, pero el lo hace con el siguiente pañal, justo cuando a mí se me olvida.

- Cuando eres primeriza y tu bebé pequeño siempre sales a la calle con un supermegaultrabolso de maternidad, lleno hasta los topes con un montón de cosas que no necesitas... que si dos mudas de ropa, que si un termómetro, que si suero fisiológico... yo que sé.... pues el día que no llevas nada más que el pañal y las toallitas se te caga hasta el mismísimo pescuezo, con la consiguiente mancha en tooooooooda la ropa que lleva puesta. Estábamos en una gran superficie, así que, como medida de urgencia entramos a comprarle una muda de ropa.

Que no, que de aquí no va a salir un elefante, ni un cambiador del Ikea...

- No suelo hacerle comida especial para él, como mucha gente sabe hacemos BLW (para más información mirar este enlace Baby led weaning) pero cuando le hago potaje para él NUNCA se lo come, sin embargo cuando vamos a casa de amigos con bebés, y éstos tienen el potaje para su bebé, siempre se come el potaje del otro niño (ya, voy a tener que repasar mis dotes culinarias).


Así a bote pronto, no se me ocurre ninguna actuación murphiesca de mi hijo...
¿Y a ustedes? ¿Qué hay de esos pequeños Murphys?

Feliz semana.
Rebeca





jueves, 15 de agosto de 2013

Un año...

Hoy hace un año... desde que me convertí en vacanguro.
Vacanguro no es solo una tienda, es mi transformación, de escéptica a mamífera... (me tomo  la licencia de mi amiga Xana). Vacanguro nació el 15 de Agosto de 2012, el día que nació mi pequeño Hugo.

El día que nació Hugo entendí que no se puede tener más amor acumulado en 3 kilos y medio, que no se puede amar de esa manera salvaje y primaria a nadie en este mundo como a la propia carne...

Ha pasado un año de teta, brazos y dormir acurrucaditos. De sentir a mi hijo siempre cerca para aportarle lo mejor de mí. No he pasado un solo día separada de él, tres horas como mucho, y sufriendo porque necesitaba estar con él, porque se me llenaban los pechos de leche y necesitaba alimentarlo.

 Nadie, ni siquiera yo, apostaba porque sería este tipo de madre... este tipo de madre imperfecta... la que no da biberones de leche de fórmula por propia convicción, que duerme con él para no poderlo sacar de la cama hasta que vaya a la universidad, la que lo tiene "acostumbrado a los brazos" o lo lleva todo el día en mochila o en esos trapos de "hippies", la que le da la comida entera desde los 6 meses y no le hace purés, la que usa pañales de tela sabiendo que eso es un atraso y una incomodidad,  la que lo consuela cuando llora o se cae. Ese tipo de madre que va en contra de la cultura del desapego... pero bueno, una cosa está clara, en mi casa nos está yendo bien así y nuestro pequeño becerrín está activo y feliz.



Aunque en algunos aspectos mi vida a veces es un caos, me conformo con tener ciertas cosas "controladas". Como muchos sabéis, me paso la mayoría del tiempo sola, porque nuestra familia vive lejos, y mi marido trabaja fuera, así que tengo que llevar yo todo el peso, casa (aunque reconozco que soy una mierda de ama de casa), niño, tienda y perro (sí, también tengo perro), pero todo ese estrés me ha hecho sentir mejor madre, aunque mi casa no esté como la patena, creo que puedo con todo, y hasta ahora ha sido así. Me gustaría poder quedar con mis amigas de antes, y hablar de cosas que no sean tetas y portabebés, pero al final siempre acabo hablando de lo mismo.





Un año de feliz lactancia y porteo, un año de amor incondicional, un año de descubrir este maravilloso mundo de la maternidad, que tanto me ha aportado y me sigue aportando...  y que tanta paciencia me ha enseñado a tener... un año desde que mi unidad se convirtió en una verdadera familia.

Feliz cumpleaños, hijo mío. <3


viernes, 26 de julio de 2013

Capucha y cobertor de emergencia.

El otro día tuve un percance, se me quedó en casa la capucha de la mochila. Así que cuando iba a salir de la tienda con Hugo a la espalda se me quedó dormido. Horror!!! Y ahora como le sujeto la cabeza!
Miro a mi alrededor, miro dentro del bolso, miro en el mostrador... nada. Se me ha quedado en casa.

En mi desesperación porque no se despertara y porque tampoco estuviera con la cabeza dando botes se me ocurrió usar la bandolera a modo de capucha.

Me la encajé como si lo llevara a la espalda en la propia bandolera pero por fuera de la mochila. Tensé bien la costura que le da soporte a la cabeza y Voilá! una capucha improvisada :) 
Os aseguro que no se le movió la cabeza hasta que se despertó y no tenía marcas ni nada.

Después le puse los calcetines porque hacía un poco de fresco, y además, como iba en manga corta también fue un cobertor de emergencia. 
Y así tan contentos nos fuimos a llevar al perro a dar un paseo. 


Gracias por leerme y hasta pronto.

viernes, 28 de junio de 2013

Relatos vacangureros

Recupero una entrada de La Mamá Alternativa:

Hace tiempo fuimos a hacer la compra a un hipermercado. Ese día me llevo la Emei Baby tan feliz con mi pequeñajo. Mientras íbamos por los pasillos, el pequé tenía sueño y andaba un poco perretos, así que tal como estaba en la mochila, me saco una teta, empieza a mamar y se queda frito. 
Seguimos comprando, pagamos, nos vamos al parking, y yo a todo esto, hablando por teléfono con una amiga, muy feliz en mi universo . Mientras mi marido mete la compra en el coche yo saco al peque de la mochila y lo pongo en la silla de seguridad. Cojo el carrito de la compra para llevarlo a donde se ponen los carros y que me devuelva el euro.

Cuando vengo de vuelta, me cruzo con un señor que me mira muy fijamente, (mal educado pienso yo...), llego al coche y me encuentro a mi marido partiéndose de risa.


Había ido todo el tiempo, desde el coche hasta donde estaban los carros y volver, con una teta fuera de la camiseta.

¿Y a tí? ¿Te pasa muy a menudo lo de ir con las tetas fuera?

lunes, 24 de junio de 2013

Pero... ¿Quién es esta tía?

Eso, eso...¿quién es esta tía? Mucha gente se lo pregunta... ¿De dónde sale esta tía, a la que se le ha ocurrido abrir una tienda especializada en portabebés ergonómicos?
Pues aquí estoy, me presento, para quien no me conozca, soy Rebeca, la mamá de Hugo, la que ha montado Vacanguro.
Os cuento mi historia: 
Yo nací en una isla.... No, mejor empiezo un poco más tarde... 
Me quedé embarazada después de un año intentándolo, y cuando ya había tirado la toalla, plaf ¡ahí estaba! La raya rosa en el test. Qué ilusión! (Y qué miedito a la vez). Desde hace muchos años, en cualquier berenjenal que me meto, me gusta estar informada, así que empecé a leer, primero sobre el embarazo, me gustaba saber qué era lo que pasaba ahí dentro, incluso me bajé una aplicación para el móvil donde me iba contando toda la evolución semana a semana, y comparaba el tamaño del bebé con semillas primero, frutas después y verduras más grandes al final. Me informé de todo lo habido y por haber, embarazo, parto, lactancia, crianza, sueño, alimentación de los bebés. De todo menos porteo, me pasé mi embarazo leyendo blogs... He de aclarar que en mi casa somos bastante frikis con esto de la tecnología.



Sigo, que me pongo a divagar... 
Así un día, hablando con una amiga, me habló del porteo ergonómico... 
- "¿¿ergo qué??"
- ergonómico...
- ¿y eso?
- tú búscalo en Google, que yo sé que eres una cotilla :)

Me pongo a buscar y aquello no se acababa nunca, madre mía, que si fulares, que si mei tais ("mei what??"),  que si  mochilas (eso ya me iba sonando más...), sin embargo no me cansaba de leer, de ver vídeos en Youtube, me alucinaba cómo esas chicas eran capaces de ponerse a los bebés en un trapo sin ningún peligro de que se les cayera. "Pero ¿¡cómo lo hacen!?" ... 
Sigo investigando y doy con una página de Facebook que me encanta, la chica recomendaba para empezar un fular elástico, pues ni corta ni perezosa, me pido uno, el más caro, por sí las "flies"
-Yo:  que sí, que sí, que esté aguanta hasta los 15 kg, y lo vamos a usar un montón! (Ilusa de mí)
- mi marido: ¿seguro?
- yo: que sí tonto, ya verás que esto lo dominamos en dos patadas (doblemente ilusa)

El día que me llegó mi primer fular, un JPMBB gris oscuro y ciruela (por cierto, una cagada de la que os hablaré más adelante) estaba súper ilusionada, tenía ganas de que naciera mi niño para estrenarlo, había visto miles de vídeos y quería intentarlo, que bien, llevar a mi bebé bien pegadito, en pleno agosto, con ola de calor y con un fular gris marengo.... Todo un acierto :(

Nació mi niño y me animé a usar el fular a la semana de nacer, la primera vez... para qué voy a mentir, fue un desastre, la tela floja, el peso mal distribuido, iba agarrándolo porque pensaba que se me iba a caer, y encima en cruz envolvente... Lo único que estaba bien era la postura  del niño, el resto... Pa'denunciarme... Pero a mí me daba igual, yo iba súper feliz con mi chiquitín, aunque tenía la sensación de que todo el mundo me observaba... y así era.


Pasó el tiempo y yo cada vez iba teniendo más control del fular, llevábamos el carro con el capazo y siempre el fular en la cestita, a la primera señal de malestar... nudo... y bebé al trapito, santo remedio, oiga. Tanto era así que en cualquier sitio me ponía a hacerme el nudo, centros comerciales, en plena calle, en un restaurante.... Me daba igual, lo que me importaba era que mi bebé se calmara, no soporto oírlo llorar (qué necesidad...) . Había gente que me miraba de reojo, pero aveces se acercaban a preguntar:
- ¿eso qué es?
- qué cómodo va ¿no?
- ¿es muy difícil de hacer?
- ¿dónde lo compraste?
- ¿Quién te enseñó?
-¿no se te cae?
... Y múchas preguntas más... 

Un día, después de que una señora me abordara para preguntarme dónde había comprado el trapito, le dije a mi marido:
- Uf, que cansina la gente... Me entran ganas de montar una tienda pa tener a donde mandarlos...
Y mi marido: 
- pues móntala!!! 
- ¿qué?
- que la montes, tenemos unos ahorros, vamos a intentarlo, te apetece?
- me apetece, me apetece mucho... Pero yo no sé tanto como para poder aconsejar... 

A estas alturas ya iba por mi cuarto portabebés y el carrito hacía tiempo que había pasado a segundo (o tercer) plano, el perchero  de la entrada pasó a ser mi "portabebeteca" .
Me retumbaba la idea de aprender más, de saber usar más portabebés, de poder aprender a aconsejar a las familias qué portabebés es el que más les convendría, de asesorar mejor, de aprender con el fular tejido, que el jodío se me estaba resistiendo...y buscando en la red encontré www.llevame-cerca.es y a Susanne Lenk.  ¿Y esto que es?
Pues es la primera escuela de España que forma instructores/as en el uso de fulares y portabebés ergonómicos.  Me emocionó la idea, y en Enero de 2013  nos plantamos en Madrid, fue un curso intensivo, muchas horas seguidas, pero muy productivo, aprendí muchísimas cosas que aplico a diario, tanto para mí como para las familias que vienen a que las asesore, y además disipé dudas antiguas que no había conseguido resolver buscando información en la red.


Ya lo teníamos casi todo, hasta que después de conseguir un local que se ajustara a nuestras necesidades, arregláramos todo el papeleo y demás trámites, el día 1 de Abril de 2013 abrimos las puertas de Vacanguro, la única tienda especializada en portabebés ergonómicos de mi localidad, con un poco de tristeza porque mi marido, quién tanto me apoya y me ha apoyado en este tinglado no estaba con nosotros ese día, pero es un proyecto en el que hemos puesto toda la ilusión del mundo y todos nuestros ahorros.





Me emociona cada día poder ofrecer asesoramiento a todas las familias que llegan a mi tienda, tanto las que saben a qué vienen como a las que pasaban por allí, informarles de los beneficios del porteo, tanto físicos como emocionales, y tanto para sus bebés como para ellos (también hablaremos de eso más adelante). 




El porteo es algo antiquísimo, existe desde siempre, yo no he inventado nada, yo sólo lo difundo, porque el porteo es un bien común y al que todo el mundo debería tener acceso. 

Por eso me he propuesto que, al menos donde yo vivo, esté al alcance de todo el mundo,  y por eso he abierto mi tienda en un sitio más o menos céntrico, reduciendo muchísimo los beneficios debido al coste del local,  respetando los precios  recomendados por los distribuidores  a pesar de ser la única tienda especializada, haciendo talleres gratuitos para enseñar a usar fulares tejidos, asesorando gratuitamente, ayudando a la gente que viene con un portabebés que no sabe utilizar, a ponérselo correctamente, aunque no lo hayan comprado en mi tienda;  sacrificando  días de trabajo por ir a los centros de salud a explicarle los beneficios del porteo a las futuras mamás, les enseño (casi) todos los tipos de portabebés ergonómicos que hay,  y si después quieren ir a comprar pues genial, y si no, por lo menos, me llevo la satisfacción de saber que cuando  salgan de la charla sabrán distinguir un portabebé ergonómico de una colgona.

No busco ningún reconocimiento, porque simplemente, todas estas cosas, me hacen muy feliz.

Ya está, no hay más... Y al que no le guste lo que hago, pues lo siento, no tengo por qué pedirle permiso a nadie para hacerlo, porque, como he dicho antes, el porteo es de todos.

Feliz semana...   y feliz porteo....  

Rebeca